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Mi mamá sabe hacer una música
que no estoy segura de que suene
afuera de mi cuerpo.
Es una música que no se puede contar
porque no tiene nombre.
“Cambia por fuera mi mamá
como cuando alguien pinta la casa.
Y un día la casa es blanca y otro día es celeste o amarilla,
pero es siempre la misma casa”.
Autoras: Sandra Siemens & Rocío Araya
32 Páginas
Tapa dura
17x22 cm.
"Desde su mirada de niña, el sujeto poético nos describe a su mamá a través de imágenes sensoriales, metáforas, sinestesias, aliteraciones y otros recursos que nos invitan a adentrarnos en ese mundo amoroso que es la relación entre esta pequeña hija (aunque en las ilustraciones podemos ir percibiendo su crecimiento) y su mamá. Una mamá que puede cambiar de vestido y de peinado, por fuera, pero que por dentro “siempre es la misma casa”: “Entonces/ me doy cuenta de que mi casa/ es mi mamá”. Esa casa que se percibe inmensa y acogedora, tanto desde las imágenes como desde el texto.
La superposición de materiales genera transparencias y nuevas formas, así como los trazos y las líneas que dan forma a los dibujos. Siguiendo el estilo que veíamos en la tapa, en el resto de las ilustraciones también se utilizan técnicas tradicionales que simulan los materiales y las herramientas con las que un niño empieza a explorar: sellos, hojas de la naturaleza, lápices, collage." (por María José Troglia)
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Mi mamá sabe hacer una música
que no estoy segura de que suene
afuera de mi cuerpo.
Es una música que no se puede contar
porque no tiene nombre.
“Cambia por fuera mi mamá
como cuando alguien pinta la casa.
Y un día la casa es blanca y otro día es celeste o amarilla,
pero es siempre la misma casa”.
Autoras: Sandra Siemens & Rocío Araya
32 Páginas
Tapa dura
17x22 cm.
"Desde su mirada de niña, el sujeto poético nos describe a su mamá a través de imágenes sensoriales, metáforas, sinestesias, aliteraciones y otros recursos que nos invitan a adentrarnos en ese mundo amoroso que es la relación entre esta pequeña hija (aunque en las ilustraciones podemos ir percibiendo su crecimiento) y su mamá. Una mamá que puede cambiar de vestido y de peinado, por fuera, pero que por dentro “siempre es la misma casa”: “Entonces/ me doy cuenta de que mi casa/ es mi mamá”. Esa casa que se percibe inmensa y acogedora, tanto desde las imágenes como desde el texto.
La superposición de materiales genera transparencias y nuevas formas, así como los trazos y las líneas que dan forma a los dibujos. Siguiendo el estilo que veíamos en la tapa, en el resto de las ilustraciones también se utilizan técnicas tradicionales que simulan los materiales y las herramientas con las que un niño empieza a explorar: sellos, hojas de la naturaleza, lápices, collage." (por María José Troglia)